jueves, 22 de agosto de 2013

DIA PRIMERO

Ayer sábado salimos de Sevilla a la hora prevista y llegamos a Orly sin ningún contratiempo, a las nueve en punto.
En el aeropuerto contratamos una furgoneta de ocho plazas y nos permitieron subir a los nueve. Tenían precios de oferta y un buen servicio Iberia. El traslado fue muy rápido y nos dejaron en el camping por 15€/p. El conductor anduvo haciéndose el remolón con la vuelta de los 150€, pero al final soltó la mosca.
Dejamos las maletas en una sala del restaurante y tomamos un café, más que nada, para  pagar el gran favor haciendo gasto. Pedimos tostadas pero lo único que tenían era el torrijazo de un joven camarero, amable pero torpón. Acompañamos los cafés con unos cruasanes comprados en el supermercado. Y Berta se las entendió en inglés con el barman boy.
Rafa sacó los tiques para el autobús a Porte Maillot (PM) en una máquina nueva que han puesto en recepción y salimos del camping en muy poco tiempo.

Entramos en el metro y Rafa compró los billetes con su tarjeta.


Estábamos viendo la ciudad bastante más temprano de lo que habíamos calculado.

El Sena y Carlomagno  al fondo, frente a Nôtre Dame




Nôtre Dame al fondo

No se lo creían

Bienvenidos a Nôtre Dame

Parteluz

Detalle de uno de los vitreaux

Nôtre Dame fue lo primero que quisimos ver y quedamos con Celia en las proximidades.
Pero lo que más nos llamó la atención fue la playita de París. Ahí la teníamos, justo debajo de nuestros pies "casi" como si nos asomáramos  la Cruz del Mar.




Playa de Paris

Hicimos una larga cola que resultó cómoda por lo rápido que avanzaba mientras hacíamos fotos y observábamos la variopinta fauna cazaturistas que zanganea alrededor de la estatua  ecuestre de Carlomagno.  La visita era gratis, menos el tesoro y subir a las torres. Como en otras catedrales.



A las 14:30 estaba prevista una visita guiada en español, pero nos fuimos antes porque estábamos cansados y queríamos comer. Decidimos acercarnos a La Défense y volvimos al metro.
El Arco del Triunfo desde la Grande Arche

La Défense. Detalle de arquitectura futurista

La Grande Arche

La Défense

El contraste entre el París clásico y el futurista es impactante. Disfrutamos de unas vistas impresionantes y comimos sentados en las escalinatas de la Grande Arche. Los niños anduvieron por los alrededores con una hora de tiempo libre y los adultos reposamos la comida en la escalinata, con las palomas y las abejas bailando a nuestro alrededor.
Antes de irnos entramos en un Auchamp para avituallarnos.Los precios resultaron bastante asequibles y regresamos al camping con la cena y el desayuno resueltos.



Celia se despidió en el metro antes de que bajásemos en PM.
Compramos los tiques al conductor del autobús y fuimos a recoger los equipajes para instalarnos en las viviendas. Pagamos las fianzas y nos dieron las llaves que, aunque dieron algún problema al principio, resultó que funcionaban correctamente, pero con truco, eso sí.
Ajustamos cuentas, compramos algunos avíos en el super y cenamos ya duchados.
Proyectamos visitar hoy El Louvre, La Torre Eiffel, Los Inválidos, La Madelaine, La Plaza de la Concorde y La Ópera. Después del Louvre, montaremos en algún Bateau-bus y almorzaremos antes de subir a la torre.

DIA SEGUNDO


El domingo hemos ido al Louvre por la mañana.Creo que hemos visto todo lo que estaba visitable. Ha sido impresionante. Después de la visita fuimos andando hasta el Sena.

Bajamos por las Tullerías desde el Arco del Carrousel.Los niños se montaron en la noria y disfrutaron de unas vistas magníficas. Nos hicimos unas fotos en el obelisco de la Concorde y seguimos paseando en dirección a la Asamblea Nacional. Caminamos paralelo  al río y, tras una buena caminata, nos montamos en un bateau bus.


Tras la travesía por el Sena subimos a observar la Torre Eiffel. La cola para subir no era muy larga y decidimos subir.Mari y Rafa prefirieron quedarse abajo para ahorrarse los apretujones en los ascensores.


Desde le sommet pudimos hacer algunas fotos a pesar de la tenue lluvia. Los niños compraron algunos souvenirs y disfrutaron bajando por las escaleras hasta el primer ascensor.


Llegamos abajo ya de noche y subimos para coger el metro en Trocadèro. Había un gran ambiente para disfrutar de la Torre iluminada.


Cogimos el metro y enlazamos con la línea 1 en Charles Degaulle. Cuando llegamos a PM estaba lloviznando y nos pusimos los impermeables para atravesar el jardín y la avenida.
Cenamos a las 11 y programamos las visitas para el lunes.
Como Versalles no abre los lunes, decidimos visitar La Ópera, La Madelaine, los Inválidos y la Concorde por la mañana y bajar para comer en los Campos Elíseos. Por la tarde, el Arco del Triunfo y comprar para comer el martes y el miércoles.

DIA TERCERO

El lunes también resultó un día redondo. Pudimos usar la wifi del camping y colgar algunas fotos la noche anterior y a más de uno le cambió la cara.
Desayunamos pan con chacinas y café un la roulotte antes de coger el autobús para PM. 2 paradas y nos bajamos para ver el Arco del Triunfo. Los niños subieron e hicieron fotos. Hizo un poco de viento y hubo que tirar de jersey para disfrutar de las vistas.
La segunda etapa de la jornada nos llevó hasta Los Inválidos y la hicimos pateando los Campos Elíseos hasta el Grand Palais para girar a la derecha y encarar la inconfundible cúpula dorada de la tumba de Napoleón.Avanzamos por la acera de la izquierda y estuvimos observando también el Petit Palais antes de fotografiarnos junto a la estatua de Churchil.
El paseo por el puente de Alexandre III nos acercaba lentamente a los parterres de pelouse  que preceden a La iglesia de Los Inválidos, que encontramos abierta y visitable tras la exhibición de armamento que la rodea. Nos sorprendió comprobar que la República Francesa muestre con orgullo su agradecimiento a Cristo en un lugar tan significativo para los creyentes y para los no creyentes. El púlpito, al igual que el de Nôtre Dame, resultaba tan hermoso como extraño.
Tras una breve oración, rodeamos el templo por el exterior y accedimos a la tumba del emperador. Aprovechamos para hacernos unas fotos y almorzamos a la salida en un self service.Volvimos a pasar por delante del tanque con el estómago algo más lastrado y buscamos la boca del metro para hacer la digestión en la Ópera Garnier.
¡Y bien que mereció la pena la visita a pesar de cansancio acumulado!
Le dedicamos digestión y media antes de salir a estirar las piernas por el entramado de Tiendas Zara que jalonan el bulevar de la Madaleine, que también nos esperaba con las puertas abiertas.
Remontamos la escalinata disimulando el agotamiento entre las jardineras de petunias y entramos a participar  del silencio y recogimiento de los turistas.
Permanecimos un rato sentados, observando el interior del templo y descansando.
Rengresamos al metro en versión de luxe y nos despedimos en Concorde de la línea 8 para llegar a PM subidos en nuestra queridísima línea 1.
Para cenar encargamos unas pizzas que estuvieron muy buenas para ponérselas a Santa Mónica.Pero no sobró nada.
Mañana toca Versailles.

DIA CUARTO

Versalles se nos ha quedado pequeño para dar la vuelta;tal es nuestro estado de forma tras los dias de entrenamiento previo que hemos tenido por las calles parisinas.
Nos levantamos bastante más relajados que ayer; compramos en el supermercado del camping el pan y los fiambres para el desayuno y nos regalamos con un buen café recién hecho en la ruolotte.
Llegamos a la estación del RER C, en Porte Maillot Neully y hablámos con una trabajadora del tren para que mos asesorase sobre lo que más nos convenía hacer. Acudimos a ella porque a Rafa le dio mala espina la movida que había en otro de los dispensadores de billetes. Sacamos tickets de ida y vuelta a Versailles rive gauche, con trasbordo en Tour Eiffel.
En el andén del tren estuvimos hablando con un matrimonio ya mayor que se dirigía a Nôtre Dame; habían sido timados en la expendedora de tickets y Rafa les estuvo explicando, en inglés, el tren que debían coger y hasta donde.
Nosotros nos bajamos en Tour Eiffel para acelerar por los túneles y coger por los pelos el tren que nos dejaría en Versalles.
En el palacio entramos con casi tres horas de espera al sol en el patio de armas.Un japonés vestido con un traje de seda totalmente negro se estuvo friendo entre nosotros y una familia de italianos. Los cruces de miradas entre Mari y los italianos cada vez que el japonés me requería para que le hiciese una foto con su cámara no tenían desperdicio.
Los niños llegaron con las entradas cuando casi estábamos en la cancela y se colaron disimuladamente, sin saber que el japonés y los italianos ya sabían por nosotros que nos estaban comprando las entradas.
El palacio es muy bonito, pero la visita  se hace pesada.
Los jardines sirvieron para que pasásemos una tarde divertida.Alquilamos  unos cochecitos eléctricos, como los que usan los golfistas y echamos una tarde memorable entre árboles, acelerones y frenazos.
Después almorzamos en un MacDonald's a las cinco, como algunos extranjeros, mos asomamos a la calle para coger carrerilla y salimos pitando para no perder el RER de vuelta.
Llegamos al camping, compramos para cenar y nos duchamos.
Ajustamos cuentas y cenamos antes de acostarnos.
Mañana abandonamos el camping y salimos para el aeropuerto de Bauvais.Iremos en autobús.

DIA QUINTO

A las 7 de la mañana del miércoles ya estábamos preparando desayunos mientras los chicos dormían a la pata la llana. Me acerqué a la cabaña y comprobé que los equipajes estaban hechos tal y como acordamos la noche anterior. Aproveché para acercarme al super y comprar las últimas baguettes y algunos envasados de salchichón tipo bâton de bergère, del que se pega bien al riñón. Mari había calculado a la perfección lo que había que comprar para que no sobrara ni faltase nada.
Fui por segunda vez al alojamiento de los niños para tocar diana y bastó con abrir la puerta sin delicadeza. Un último toque para decirles que llevaran los equipajes a la cabaña para desayunar y dirigirnos a la salida. Pasamos revista de orden y limpieza y les pusimos un notable alto.Rafa echó la llave y fuimos a desayunar.
Desalojamos la cabaña una vez finalizado el desayuno, fregamos y tiramos la basura.
Entregamos las llaves en recepción a las 9:30 y nos devolvieron los 400€ de fianza.
Felicitamos y agradecimos a la dirección del camping por las mejoras apreciadas desde la última vez que nos alojamos y nos dirigimos a la puerta para coger por última vez la navette hacia PM.
La estación de los autobuses que enlazan con el aeropuerto de Beauvois está junto al Palacio de Congresos, en la misma PM.; así que fue bajarnos de un autobús para subir a otro. Un visto y no visto. El autobús se llenó en un momento y tardó más de una hora en llegar a su destino.
Nos dejó al comienzo de la T-1 y echamos el paseíto hasta la T-2 , que es de donde salen los vuelos para S evilla. Allí arranchamos las maletas y nos sentamos a esperar.
Sería la una de la tarde cuando consumimos los bocadilllos que habíamos preparado en el camping y decidimos repartir el dinero del fondo común para que cada uno comiese según su gusto y bolsillo, pues la oferta en el aeropuerto es variada y teníamos bastante tiempo antes del embarque.Poco después repartimos el dinero personal de gastos por si alguien quería comprar algún souvenir en dutty free.
A algunos los cachearon porque el escáner pitaba, pero no hubo ningún problema en el embarque y a las 17:10 en punto estábamos despegando.
Llegamos a San Pablo a las 21:20 tras un viaje tranquilo y espartano. Lo mejor, Los Pirineos.
En el aeropuerto estaban los padres de los niños que esperaban para abrazarlos y dar el último porte hasta nuestra Chipiona.
Gracias a Dios, ya estábamos en casa con una gran experiencia cultural en nuestras mochilas.
El viaje fue exactamente lo que habíamos imaginado y deseado.

jueves, 13 de junio de 2013